Una por cada bloque de tierra. Es decir, muchas, muchísimas. Cada continente y cada isla son una orilla. Es curioso, hablamos de las orillas como is estas pertenecieran al río o al mar, cuando en realidad las orillas forman parte de la tierra.
El mar: El mar. La mar. El mar. ¡Sólo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre, a la ciudad? ¿Por qué me desenterraste del mar? En sueños la marejada me tira del corazón; se lo quisiera llevar. Padre, ¿por qué me trajiste acá? Gimiendo por ver el mar, un marinerito en tierra iza al aire este lamento: ¡Ay mi blusa marinera; siempre me la inflaba el viento al divisar la escollera! (Rafael Alberti)
4 comentarios:
Una por cada bloque de tierra. Es decir, muchas, muchísimas. Cada continente y cada isla son una orilla. Es curioso, hablamos de las orillas como is estas pertenecieran al río o al mar, cuando en realidad las orillas forman parte de la tierra.
El mar:
El mar. La mar.
El mar. ¡Sólo la mar!
¿Por qué me trajiste, padre,
a la ciudad?
¿Por qué me desenterraste
del mar?
En sueños la marejada
me tira del corazón;
se lo quisiera llevar.
Padre, ¿por qué me trajiste
acá? Gimiendo por ver el mar,
un marinerito en tierra
iza al aire este lamento:
¡Ay mi blusa marinera;
siempre me la inflaba el viento
al divisar la escollera!
(Rafael Alberti)
Es cierto Ángela, las orillas forman parte de la Tierra. Por eso también puede ser verdad que solo exista una orilla, como solo existe un Mar.
Qué lujo saltar por esa escollera.
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