lunes, 25 de julio de 2011

YO HE CAIDO


De verdad, de verdad, de verdad que aunque sea un poco “malpensao”, no es una cosa únicamente mía.
Porque no me digáis que a ninguno de vosotros, ante la reflexión y espíritu crítico que hay que aplicar al mundo de la publicidad, no se os pasa por la mente preguntaros que si el té verde lo está sintiendo en las axilas, ¿en dónde está descubriendo el pepino?

Como diría mi padre:

¡Qué cara! ¡Qué gesto!
¡Qué carajo es esto!


Y yo que todos los días lo veo camino del trabajo, y me corroe la duda…

jueves, 21 de julio de 2011

MASTERCARD



-No, se nos agotó hace unos días.

-Que va. Ya no me quedan.

-Lo tengo pedido hace una semana, pero aun no me ha llegado.

-Acabo de vender el último que tenía.

-Lo siento, ya no lo vendemos.

-Hace ya bastante que no me lo surten, creo que ya lo han dejado de hacer.

-No. No tengo.


Veía como la cara de mi hijo se iba entristeciendo cada vez más, aunque con orgullo de padre, debo decir que no derramó ni una sola lágrima. El álbum que le habíamos prometido al acabar el curso ya no se vendía en ninguna parte.

Yo había perdido toda esperanza. Por un momento pensé que quizá me había pasado al tensar la cuerda. La inmensa mayoría de los niños lo tenían, y yo me había empeñado que solo al final tendría su recompensa. Si lo hubiese comprado unas semanas antes, y lo hubiese guardado...

Dimos miles de vueltas en coche buscando la más recóndita papelería en el último de todos los barrios madrileños que conocíamos. Regresábamos a casa ambos abatidos. Él, contrariado por su suerte, y yo, con algún remordimiento de conciencia. Pasamos por delante del quiosco de siempre, el de al lado de casa, y me dijo:
-¿Miramos aquí, papá?
- Bueno, anda, bájate tú y pregunta. –respondí intentando no desanimarle más.
-¡Ven, ven! ¡Que dice que sí! ¡Que lo tiene! ¡Que sí! ¡Que sí, papá! ¡Míralo!!–me gritaba entusiasmado mientras me hacía gestos con la mano para que fuese al mostrador.

Le pagué al quiosquero, y le di el anhelado álbum. Entonces me dio un abrazo en el que reconocí la ilusión cumplida. ¡Cómo si fuese tan fácil! Cuando somos niños, es más fácil que nuestras ilusiones se hagan realidad. Sin embargo, de adultos, esta capacidad mengua. Nuestras ilusiones se vuelven más sofisticadas y complejas. Incluso algunos evitan ilusionarse, quizá para no desilusionarse luego. De cualquier forma, cuando finalmente se cumple alguna ilusión, el gesto es incuestionable y contagioso, sin importar la edad.

Hace casi un mes de lo que os cuento, y seguro que él ya no se acuerda del abrazo, porque le salió improvisado, porque lo hizo sin pensar, porque no se lo pedí, porque tardó un rato en reaccionar, porque era en ese instante el más feliz de todos los niños del mundo, porque con 6 años la memoria es aun más caprichosa…

Pero sin embargo, yo posiblemente recordaré este abrazo lo que me quede de vida.




Dar vueltas con el coche en busca de papelerías y quioscos:             7 €
Álbum de inviZimails:                                                                      2,5 €
Un abrazo de mi hijo completamente ilusionado:                 NO TIENE PRECIO

lunes, 18 de julio de 2011

CUESTIÓN DE GUSTOS

Unos parientes me han traido una longaniza de una villa aragonesa que está para chuparse los dedos.

Otro motivo más para saborear el pueblo.

viernes, 15 de julio de 2011

LOS TRES ESTADOS DE LA MATERIA


Me ofreciste un beso helado que rechacé.

Comenzaste un suave llanto que no entendí.

Pues yo también,

suspiré con tu desprecio, y alguna vez

por tus besos y caricias me derretí.





martes, 12 de julio de 2011

EL CORAZÓN NO FALLA




El día en que tu tía se fracturó la cadera, comprendí una vez más, pero con mayor virulencia, que la vida estaba mal hecha, o que la habíamos hecho mal, lo cual es aun peor.

Las dos tardes que pasé con ella en el hospital me angustiaron al pensar qué destino me encontraría al final de mis días. No por ella, que estuvo aceptablemente atendida, sino por el triste espectáculo que pude descubrir al ir pasando mi mirada por el interior de las habitaciones, una a una.

En bastantes de ellas se encontraba un octogenario solo y moribundo. Desahuciado, enjuto, pensativo, pero sobre todo solo. Era una pena ver una habitación terriblemente desierta, únicamente habitada por el que ya reconoce que su vida se extingue, que su existencia se acaba.

Luego pensé que la mayoría de estos ancianos podrían llevar varios meses en esta situación, y eso, hoy en día, no hay familia que lo soporte: hombre y mujer trabajando, y unos niños en el colegio. No hay tiempo para nada. No nos engañemos. Y esto lo hemos hecho entre todos. Cada uno con  su gramo de egoísmo. Que aunque es poco, casi imperceptible, grano a grano… pues que uno estorba hasta para morirse.

Afortunadamente tengo en los genes una amplia proporción de fallecimientos por infarto. Lo viví con mi padre y con mi abuelo, me lo contaron con mi bisabuelo. Me alegro. Un infarto cuando te da, o te mata, o si te deja vivo, a los tres o cuatro días, a la semana como mucho, te mandan para casa. No se convierte en un lento goteo de interminables días en un hospital esperando a la señora de la guadaña, como con las fracturas, las demencias, las insuficiencias, las infecciones... Con los infartos todo es más rápido. Casi inmediato.

Espero que no me defraude el corazón en el último momento. No quiero ser una carga para mis descendientes. Un inconveniente para sus vidas. Apuesto por un final cardíaco. Sin largas despedidas. Como mi padre. Tranquilamente andando por la calle, se murió en el instante. Y es que cuando el corazón falla, no falla. Así sea.


Nota: Lo siento, seguro que alguno, atraido por el título, esperaba encontrar un argumento más romántico, pero otro día será.

viernes, 8 de julio de 2011

VETERANA




MI ROSITA TEMPRANA

No todas las bellezas
tienen caderas
y dieciocho años.
A esta gaditana
la vi esta mañana,
reposando,
entre Princesa
y Alberto Aguilera.

miércoles, 6 de julio de 2011

EL HOMBRE SABIO

Hace unos días estuve con un sabio.

A sus 84 años aun mantiene un espíritu alegre, innovador, deseoso de desafíos e incansable.

Ha sido, y es, una persona bastante conocida, pero permitidme no desvelar su identidad. Lo conocí por un tema laboral, y no deseo mezclar excesivamente las cosas.

De todas formas, lo que si voy a hacer es escribir una de las anécdotas que me relató, pues acabé entusiasmado con su presencia, y querría compartirla con quién se acerque por aquí. Él me contaba:

“Un día, casi a punto de acabar mis estudios, mi padre se sentó a hablar conmigo de hombre a hombre y me dijo:

-Hijo mío, hay tres formas de arruinarse en la vida:

La primera, con las mujeres. Será la más divertida.

La segunda, con el juego. Será la más apasionante.

Y la tercera, con los técnicos (arquitectos, ingenieros…). Será la más segura.

Así que vamos tú y yo, a ponernos a salvo de estos últimos, tal como te voy a decir ahora…”


Cuánta experiencia y sabiduría…

lunes, 4 de julio de 2011

JULIO Y SU DESBARAJUSTE

Ya se ha plantado aquí Julio con un mayor desbarajuste.

Cuando era niño, mis hermanos y yo en estas fechas ya llevábamos al menos una divertida y agradable semana de playa. Dos semanas en la mayoría de los años.

Hasta que entendí el calendario, el año se componía de Colegio y Vacaciones, y ambas etapas tenían en mi cabeza la misma duración. Luego me enseñaron que la proporción, redondeando y a la ligera, era de 3 contra 9, en detrimento de las Vacaciones.

Ahora, agravado con que yo no tengo ninguna familia aquí, mis hijos solo disfrutan de verdaderas Vacaciones 1 de cada 11. El resto de los días se reparten entre mañanas de TV en casa de mi suegra –en realidad con la señora que cuida a mi suegra, ella está ya bastante mayor- y tardes con mi cuñado, para esos últimos días de Junio que ya han pasado. Juegos con sus primos en casa de mi cuñada, esta primera semana de Julio que empezamos. Y a partir de entonces un campamento urbano por las mañanas, que no es más que un “aparca niños” en el mismo colegio al que van el resto del curso, hasta llegar a la ansiada playa en Agosto.

Para los primeros días de Septiembre, aun no tengo ningún plan pensado.

Si mis padres me hubiesen mandado en Vacaciones otra vez al colegio al que iba, posiblemente estaría más trastornado de lo que ya estoy. Pero yo no tengo otra opción.

Tengo la sensación de que algo hemos hecho mal; no solo mi mujer y yo, también la sociedad, en general. Aunque sin quitarnos culpa ninguna (en última instancia, ella y yo somos los responsables). Se nos ha pasado algo. Nos han metido un gol por la escuadra.

Cuando comparo mis vacaciones y la de mis hijos, me da una pena tremenda.

Qué suerte tuvimos.

domingo, 3 de julio de 2011

A MI SANTA...

Ya sabes, al final lo hice.

Casi que una cosa me llevó a la otra.

El otro día, con motivo de tu cumpleaños, te entregué una lista de mis cualidades más desesperantes, para alegrarte el rato, y actualmente hay que añadir otra más.

Te las pongo aquí y ahora, para refrescarte la memoria, y que lo vean las hormigas y cigarras que pasan por aquí (alguna si que pasa...), pero esto va de mal en peor. No sé cómo me soportas, porque…

1.- Las prisas me colapsan. Cuanto más rápido hay que ir, más parsimonioso me vuelvo, sin intención aparente.
2.- Esa inauguración que tuve al intentar coger el metro madrileño, recién llegadito de mi pueblo grande, y que al ver al personal saliendo de la boca de metro, decidí huir, creyendo que el único motivo de que la gente saliese corriendo de esa forma era el pavoroso incendio que se había declarado en su interior.
3.- Pienso sinceramente que las canciones de Leonard Cohen son demasiado rápidas para disfrutarlas con intensidad.
4.- Me quedo mirando fijamente el contorno de una nube hasta que le encuentro una forma comparable a otro objeto (a veces lo hago hasta conduciendo!!!). Pareidolia se llama??
5.- Aquella primera vez que fui a tu casa y que al ver un radiador, pregunté: "¿y este mueble tan raro, qué utilidad se le da?"
6.- Si quiero contarte cualquier historia actual y reciente, siempre me remonto a los Presocráticos.
7.- Cuando veo el programa del barbas del Leroy Merlin haciendo bricolaje, pienso que tiene igual o mayor mérito y habilidad que Juan Tamariz o David Copperfield haciendo la magia más moderna e impactante.

Y ahora, a pesar de mi diminuta cultura bloguera, y aparte de otros muchos defectos que no he puesto…

8.- HE ABIERTO UN BLOG!!!

Estamos perdidos.

sábado, 2 de julio de 2011

ESTA ENTRADA GRATIS, POR EL PRECIO DE UNA

CÓMO LLEGUÉ HASTA AQUÍ


Siempre me lo dicen, me pierdo en los prolegómenos. Soy un experto de los prólogos. Pero me encuentro en la necesidad de contar cómo fue que llegué hasta aquí.

Al principio yo no sabía nada de esto de los blog. Si, los había escuchado, pero no me había parado en saber qué se hace en ellos, y mucho menos en pensar en abrir uno.

Un día, hace unos meses, recalé en uno de ellos. En el de un amigo que conocí hace tiempo, en mis Veranos en Rota, y lo encontré interesantísimo. Un diamante de la literatura. Es el blog de Luis Miguel León Blanco (aqui). Para mi fue la llave.

Desde él, y no sé cómo, di con el blog de José Miguel Ridao (aquí). ¡Qué tío este! Es un monstruo, quiero decir, que da miedo. José Miguel fue el cruce de caminos. Desde su blog he ido escalando hasta el resto. Gracias a él mi antiguo nombre se convirtió en Paco Principiante.

Así, ya es una costumbre que me tome, de vez en cuando, un té en el Café de Ocata y veo a Gregorio Luri (aquí). Un educador-pensador en el que vierto mis asignaturas pendientes de filosofía.

Siguiendo con el tema académico, estoy matriculado en un Master en Nubes, cuya profesora, Aurora Pimentel (aquí), me muestra historias cotidianas para hacerme pensar.

También me gusta visitar un blog tan singular como el del Padre Fortea (aquí). Nunca pensé que un cura estuviese metido en estos berenjenales, pero es un sacerdote divertido y original. Si todos fuesen como él, otro gallo hubiese cantado (a San Pedro, claro).

La soga al cuello de Alejandro Muñoz (aquí) la prefiero cuando leo esas historias hilarantes, esas aventuras que cuenta, ahora por ejemplo con su amigo del alma Mario Vargas Llosa. Estoy buscando un pretexto para hacerme yo amigo de Alejandro, aunque lo que realmente busco es que me presente a Mario.

Javier Sánchez Méndez (aquí), su vida al filo de la espada y sus entradas son un verdadero y profundo placer leerlos. Yo tardaría meses en escribir un solo párrafo suyo, que apuesto a que él lo hace en algunos minutos. Yo de mayor, en serio, quiero ser y escribir como él.

Y dejo para el final, a modo de postre, a dos a los que considero, por decirlo de alguna manera, mis padrinos:
Teresa (aquí), con la que me asomo a la ventana de vez en cuando, charlamos, y que fue la que me insistió hasta dos veces para que abriese un blog de una vez por todas,
y Jesús (aquí), que vive siempre en esa quinta estación primaveral. Un tipo cercano que saca lustre a los instantes en apariencia más triviales, por muy increíble que parezca.

Luego uno visita a bastantes más, aunque no con periodicidad diaria, como el de Trapiello (ejem…), Felipe Benítez Reyes, Javier Molina Palomino, Joaquín Herrera Alegre, Javier Quiñones Pozuelo, Luís Valdesueiro (por el día y por la noche) y a otros bastantes más que no pongo porque ya sería esto excesivamente largo.

En algunos dejo más, menos o ningún comentario, según me venga, me inspire, o tenga tiempo (no por dejar más comentarios los considero mejores, algunos ni saben de mi existencia, ni fisica, ni virtual...), pero a todos los leo con mucha ilusión.

En definitiva,
Gracias a todos.

OFERTA DE LANZAMIENTO: ¡¡¡¡2x1!!!! (solo el día de hoy - aproveche la ocasión)

PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN:


Todo el mundo dice que se conoce el cuento de la cigarra y la hormiga, pero a mi modo de entender, quedan puntos en la historia no resueltos. Por ello me he propuesto aclarar, en la medida de lo posible, este misterio. Se agradecerá también cualquier pista que nos haga despejar esas lagunas pendientes de dilucidar.

El primer testimonio del que tenemos constancia es de un tal Esopo. Esopo era un escritor de fábulas que vivió en la Grecia Antigua, sobre el 600 a.d.C. De entonces nos ha llegado este relato:

En el verano, una hormiga que iba por el campo recogía granos de trigo y cebada, que almacenaba como alimento para el invierno. Un escarabajo se asombró de verla trabajar tanto, pues se agotaba cuando los demás animales, dejando a un lado los trabajos, se entregaban al descanso. La hormiga, por el momento, guardaba silencio, pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia empapó el estiércol, el escarabajo, hambriento, fue a pedirle que le diera algo de comida. Y la hormiga le dijo: “Escarabajo, si hubieras trabajado entonces, cuando te metías conmigo porque me esforzaba, no te faltaría ahora comida”.

Vemos como la cigarra no es tal, y el protagonista, junto con la hormiga, es un escarabajo. Sin embargo, unos cuantos siglos después, en el I d.C, Babrio, otro fabulista romano, ya cuenta así la historia:

En el invierno una hormiga sacaba a airear de su hormiguero el grano que había amontonado durante el verano. Una cigarra hambrienta le suplicaba que le diese algo de comida para seguir viviendo. “¿Qué hacías tú el verano pasado?”, preguntó la hormiga. “No estuve haraganeando –dijo la cigarra-, sino ocupada todo el tiempo en cantar.” Riéndose la hormiga y guardando el grano dijo: “Pues baila en invierno ya que en verano tocaste la flauta.”

Aquí se entrevé una crueldad y resentimiento en la hormiga digno de tratarse por algún especialista. Aunque esté en su derecho de decir eso, no creo que la hormiga sea precisamente feliz.

Lo dejamos aquí por hoy. Próximamente tengo esperando para prestar declaración al francés Jean de La Fontaine , y nuestro paisano Felix María de Samaniego.

Hasta pronto.

viernes, 1 de julio de 2011

Hoy


Hoy me siento bien.

Es un sentimiento, y por ello, siempre puedo sufrir un bajón. Pero en esta tarde de estío, mientras la calor aprieta, esta cigarra se ha puesto a afinar su instrumento, y empieza a cantar.

Veremos dónde me refugio cuándo llegue el Invierno…