De verdad, de verdad, de verdad que aunque sea un poco “malpensao”, no es una cosa únicamente mía.
Porque no me digáis que a ninguno de vosotros, ante la reflexión y espíritu crítico que hay que aplicar al mundo de la publicidad, no se os pasa por la mente preguntaros que si el té verde lo está sintiendo en las axilas, ¿en dónde está descubriendo el pepino?
Como diría mi padre:
¡Qué cara! ¡Qué gesto!
¡Qué carajo es esto!
Y yo que todos los días lo veo camino del trabajo, y me corroe la duda…
2 comentarios:
Cometí el error de caer y no puede ser.
No me gusta el pepino ni el té verde y el día que lo use, olía a pepité y hacían gestos raros al mirame.
Perdona, Cigarra. No tengo blog y sale anónimo
Saludos
Ana
Bueno, Ana, yo me refería que "he caido" en comentarlo, haciéndole más publicidad gratuita. Porque estoy segurísimo que no es coincidencia ni lo del pepino, ni lo del gesto. Buenos son los publicistas con sus "susterfugios"...
Pero ya que lo has probado, gracias por el comentario. No lo compraré.
En cuanto a lo de no tener blog, da igual. De los casi 40 años que tengo, me he tirado 39 sin blog, y no me ha pasado nada.
Un saludo.
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