Un día, alguien me hizo reparar sobre los versos de un villancico:
“La Nochebuena se viene,
Y nosotros nos iremos,
y no volveremos más”.
El que lo escribió sentenció una de las mayores verdades de la vida, y seguro que se quedó tan tranquilo.
Está camuflado entre una música bastante simple, unos versos poco trascendentes en su mayoría y un tururú de voces de fondo rayando lo esperpéntico.
Sin embargo, ahí está. Agazapado, para sacudirte en Navidad con la pura metafísica en la testa cuando menos te lo esperas.
8 comentarios:
Feliz Navidad, Paco, en el fondo de cada uno de nosotros está el niño que seguimos siendo.
Un abrazo
Creo que uno no se da cuenta de cuánta verdad hay en esa coplilla hasta que pierde a alguien cercano. Y eres consciente de lo definitivo que es.
Es cuando mejor me lo paso, José Luis, cuando me sale, sin compejos, el niño que llevo dentro. Feliz Navidad.
Teresa, me ha pasado como con Jesús. Entre otros, tú también te pasaste por mi pensamiento cuando escribí esta entrada.
Besos.
Tremenda la coplilla del villancico -y verdadera. En este paréntesis entre lo anterior y lo posterior a nuestra presencia en este mundo disfrutemos de lo posible, soñemos con lo imposible y, sobre todo, sepamos qué es el amor. ¡Feliz navidad, Paco, feliz navidad también para Teresa y José Luis, feliz navidad a todos!
Feliz Navidad, Jesús.
Quién sabe, Paco, a lo mejor nos vamos a otro lugar mejor, y nos reencontramos con alguien, es mejor no darle muchas vueltas: fíjate la de veces que hemos cantado ese villancico y no nos hemos fijado en lo que dice. De eso se trata.
¡Felices fiestas!
Felices Fiestas, José Miguel.
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