sábado, 2 de julio de 2011

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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN:


Todo el mundo dice que se conoce el cuento de la cigarra y la hormiga, pero a mi modo de entender, quedan puntos en la historia no resueltos. Por ello me he propuesto aclarar, en la medida de lo posible, este misterio. Se agradecerá también cualquier pista que nos haga despejar esas lagunas pendientes de dilucidar.

El primer testimonio del que tenemos constancia es de un tal Esopo. Esopo era un escritor de fábulas que vivió en la Grecia Antigua, sobre el 600 a.d.C. De entonces nos ha llegado este relato:

En el verano, una hormiga que iba por el campo recogía granos de trigo y cebada, que almacenaba como alimento para el invierno. Un escarabajo se asombró de verla trabajar tanto, pues se agotaba cuando los demás animales, dejando a un lado los trabajos, se entregaban al descanso. La hormiga, por el momento, guardaba silencio, pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia empapó el estiércol, el escarabajo, hambriento, fue a pedirle que le diera algo de comida. Y la hormiga le dijo: “Escarabajo, si hubieras trabajado entonces, cuando te metías conmigo porque me esforzaba, no te faltaría ahora comida”.

Vemos como la cigarra no es tal, y el protagonista, junto con la hormiga, es un escarabajo. Sin embargo, unos cuantos siglos después, en el I d.C, Babrio, otro fabulista romano, ya cuenta así la historia:

En el invierno una hormiga sacaba a airear de su hormiguero el grano que había amontonado durante el verano. Una cigarra hambrienta le suplicaba que le diese algo de comida para seguir viviendo. “¿Qué hacías tú el verano pasado?”, preguntó la hormiga. “No estuve haraganeando –dijo la cigarra-, sino ocupada todo el tiempo en cantar.” Riéndose la hormiga y guardando el grano dijo: “Pues baila en invierno ya que en verano tocaste la flauta.”

Aquí se entrevé una crueldad y resentimiento en la hormiga digno de tratarse por algún especialista. Aunque esté en su derecho de decir eso, no creo que la hormiga sea precisamente feliz.

Lo dejamos aquí por hoy. Próximamente tengo esperando para prestar declaración al francés Jean de La Fontaine , y nuestro paisano Felix María de Samaniego.

Hasta pronto.

2 comentarios:

Ángela dijo...

Paco, vengo a tu blog a través de Jesús y Teresa.
Necesito que continúes con esta investigación acerca de la fábula de la cigarra y la hormiga. Sí, porque estoy desolada. O sea, que voy a cumplir muy pronto 54 años y he vivido todo este tiempo engañada. No solo por haber creído que se trataba de un cigarra, cuando en realidad era un escarabajo, sino porque yo misma aprendí de muy pequeña la lección y me la he creído a pie juntillas. Espero que me quede vida suficiente para desaprenderla.

Paco Principiante dijo...

Buenas Ángela. Qué ilusión verte por aquí. Yo también te conozco por los blogs (bloges??) de Jesús y Teresa.
No te preocupes, la investigación seguirá su curso. Sin embargo, te puedo adelantar que yo nunca me creí la historia tal como la contaban, aparte de estar completamente en desacuerdo con ella y su moraleja. Quizá porque mi familia de procedencia (padres y hermanos), hemos vivido, a veces subsistido, gracias a otro tipo de cigarras bohemias que se mueven por el mundo. Ya os iré contando...
Por cierto, tienes un nombre precioso, como el de mi hija pequeña.