miércoles, 14 de marzo de 2012

DESFILADEROS


Me avisaron por la noche.

-Tu padre esta muy grave. Vente urgente.

Algo me decía que era una verdad a medias. Nada parecía tener sentido. Nos fuimos los tres a más de seis horas de viaje en las que iba repasando una a una, hasta la locura, todas las posibilidades.

No podemos seguir así. Tiene que cuidarse más con esa hipertensión tan alarmante. Tenemos que controlar todo bastante más. Desde que murió mi madre, se ha descuidado un poco. Que sí. Que 64 años no es mucho, pero los corazones débiles no pueden dejar de controlarse. Así que a partir de ahora todo va a cambiar (no sabía cuanta razón llevaba en esta afirmación). A partir de ahora no vamos a descuidar más que tiene que mantener unos mínimos cuidados y chequeos. A partir de ahora irá al cardiólogo al menos una vez al año…  pero solo cuando no hay remedio se encuentra siempre una solución definitiva.

Cuando llegué al hospital de madrugada, me despeñé por un barranco. Hoy, precisamente hoy, hace seis años de aquello y aun no me he golpeado contra el suelo.

 

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni lo harás nunca, Paco. Cuando se van, los que queremos se llevan una parte nuestra con ellos. Es así de duro y de triste, pero también es inevitable.

andandos dijo...

El tiempo todo lo suaviza, afortunadamente. Mi padre, mi madre antes, los dos murieron jóvenes, así que, de repente te conviertes en la referencia, primero de la familia extensa, pero poco a poco, de manera natural, de tus hijos. Comienzas a verte como tú veías a tu padre. Eres el primero en la lista, para todo.

Un abrazo, Paco

Paco dijo...

Teresaaa
qué bien. Bienvenue à nouveau (traducción gentileza de mi santa, a dictado, o sea, que puede sair cualquier cosa).
Y sobre lo que dices, es cierto, pero no es menos cierto que ellos también nos dejan una parte suya.

Paco dijo...

José Luis, tu historia es similar a la mía en eso.
Y curiosamente, cada vez pienso más en cuando mi padre tenía la edad que yo tengo ahora, en cómo era yo, en cómo es mi hijo. Hay un cruce de historias entre mi padre, mi hijo y yo convulsionando por algún lado de mi cabeza.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Unos van y otros vienen. Dejan paso a las nuevas generaciones, sin olvidar por ejemplo en el flekiyo y la coronilla de tu hijo currito, el mismo aire alocado de los pelos de tu padre. No sólo estan presentes en los recuerdos sino en los genes. Un abrazo islanegra

Paco dijo...

Islanegra, en el fondo, es como esa frase. Ya sabes el sentido que tiene, más llá de su significado, que también es cierto: "Lo que es la Vida..."

Abrazos.