viernes, 16 de diciembre de 2011

LE MALADE IMAGINAIRE




Estoy con gripazo.

La verdad es soy un pésimo enfermo. Mi santa esposa vaticina que vaya vejez le espera a mi lado. La peor noche, la del lunes al martes, me quejaba como si estuviese en los últimos estertores de mi vida. Casi me echa de la cama.

Aayyy……..aaaayyyy…….aaaaayyyyyy………aaaaayyyyy…..uuurrrgggg…….AAAAYYYYY….

Ya sé que queda ridículo, pero una diminuta mejoría experimento cuando suspiro.
Alcanzaba 37 y unas décimas (no llegaba a 37 y medio), pero tenía una tiritera considerable, y un frío siberiano. Moqueaba.
La gripe me está durando toda la semana. Hoy me he venido del trabajo porque ya no aguantaba más, con la voz profunda y el cuerpo magullado, como si me lo hubiesen apaleado.

Sí, lo reconozco, soy una ”mijita” hipocondríaco, y cualquier nimiedad la convierto en algo de vida o muerte. Además me molesta todo. Lo que más, la fiebre. Me entra un frío tremendo, no puedo pensar con claridad. Mi piel se vuelve extremadamente sensible, cualquier roce me incomoda. Yo diría que hasta me duele. Me queman los párpados. Además empiezo con los desvaríos. La habitación se alarga hasta el infinito. Hay una nueva perspectiva. Todo se aleja. Las voces también. Aparte, me da la impresión que burbujas obesas caen sobre mi, aplastándome contra la cama o el sofá. Es una sensación que siempre he tenido desde pequeño cuando tenía fiebre. Recuerdo la caja de supositorios Pilka para bajar la fiebre y dejar de tener alucinaciones. No sé si es normal. Nunca me he tomado un tripi, pero apuesto a que debe ser algo parecido.

En fin, que espero recuperarme. ……Aaaaayyyyyy…..

4 comentarios:

Jesús Miramón dijo...

Ya sé que queda ridículo, pero una diminuta mejoría experimento cuando suspiro.

Já já já!

Yo soy igual.

Cuídate mucho y ya sabes: con medicinas siete días y sin ellas una semana. Paciencia.

Paco dijo...

Tendré esa paciencia Jesús de la que hablas. Mientras pueda quejarme a gusto para aliviarme un poquito, y existan blogs como el tuyo en el que recalar, esta hecho.

Gracias amigo.

Silvia dijo...

Pobre muchacho!!!

Flipo con lo de las burbujas asesinas. Yo quiero unas pocas!! (por gusto de saber qué se siente). Paco, se me está ocurriendo que podríamos crear un coblog hipocóndrico. Yo he tenido cánceres hasta en las pestañas, pero es curioso, no recuerdo la última vez que tuve fiebre.

Ya mismo estás bueno, tú veras. Mientras tanto, caldo, suspiros terapéuticos y mucho cuento, que mola.

Paco dijo...

El problema de ser hipocondríaco, en mi caso, es que mi santa esposa es todo lo contrario: resistente, invulnerable, infatigable, incansable... mi espíritu de macho ibérico está por los suelos...

En cuanto a lo de la fiebre y las burbujas, da para una entrada. Otro día de fiebre lo desarollo más y lo pongo.