lunes, 1 de agosto de 2011

ECONOMIA DE SUBSISTENCIA



Nos fuimos el Sábado a media mañana. Los dejé en el Paraíso y me volví el Domingo. Hoy Lunes sigo con mi rutina, pero nadie me espera en casa.

Aquí, a estas horas, una fugaz tormenta de Verano refresca el ambiente y ya noto sus ausencias. Un viento encorajinado agita las persianas.

Los víveres se irán acabando. Las cigarras somos malas previsoras.


2 comentarios:

Jesús Miramón dijo...

Las cigarras saben poner comida en un carro y pagar con tarjeta de crédito mientras cantan. Está en su naturaleza de cigarras.

Algún día echarás de menos estos días de solterismo de luxe (si no quieres hacerme quedar fatal).

Paco dijo...

Seguro, Jesús. No te hago quedar mal, de hecho, aprovecho estos días para hacer cosas que es difícil llevar a cabo con dos larvas de cigarra en casa. Por ejemplo el "dulce far niente" de los atardeceres. O tocar una canción de principio a fin, sin interrupciones, sin unas manos que se metan entre las cuerdas, o unos dedos que desafinan manipulando el clavijero...
Por cierto, gracias por recordarme esa naturaleza oculta de las cigarras. Mañana mismo me paso por el supermercado.