lunes, 12 de noviembre de 2012

JUEGO DE NIÑOS


A veces me llegan como víctimas de guerra: destrozados, arañados, doblados, o sencillamente decapitados. Me suplicáis con la mirada una solución, un milagro que los recupere.

 

Entonces yo los cojo y caso a caso los examino. Los analizo. Y empiezo a maniobrar. A veces me ayudo de algún utensilio de cocina. Otras tengo que utilizar una herramienta. Y otras simplemente con los dedos. La mayoría de las veces tengo éxito.

 

Como en una liturgia pagana, el juguete regresa a la vida. Lo recogéis satisfechos. Me miráis agradecidos y orgullosos. “No esperaba menos de ti”, parece decir vuestro gesto.

 

Me imagino que para vosotros mis manos son mágicas.

 

Otras veces acudís sollozando. Un golpe fortuito, una pequeña contrariedad o un capricho negado provocan un desconsolado llanto. Os abrazo. Os beso. Y las lágrimas empiezan a remitir. Un par de caricias más y dejan de brotar.

 

Papá lo arregla y lo cura todo, debéis pensar. Papá es Dios.

 

Para mí, mi padre también fue Dios. Pero un día me di cuenta de que no era infalible. De que era mortal y humano. Y que se equivocaba, como me equivoco yo con vosotros. Y le quise más.

 

Espero que algún día, cuando me descubráis en la impostura, os ocurra lo mismo conmigo. Jugar a ser Dios, siendo imperfecto, no es banal. No es un juego de niños.
 
 
 
 
 

8 comentarios:

Rafael Hidalgo dijo...

Está claro, no es un juego de niños, es un juego de papás.

Un abrazo.

Paco dijo...

¡Y vaya juego, Rafael!

andandos dijo...

Los míos descubrieron cómo era su padre sobre los 18 años, creo que a ese edad nos ven realmente como somos.

Un abrazo

Paco dijo...

Es cierto, José Luis, que es en esa edad cuando tienes la mudurez suficiente para ir adivinando cosas como esta, pero al final uno nunca acaba de descubrir.

Yo, a pesar de que ellos ya no vivan, les sigo viendo cosas a traves de mis hijos. En ese triángulo extraño que formamos estas tres generaciones.

Un abrazo.

Carlota dijo...

Pues a ti dentro de nada....
Yo cuando era pequeña no me pasaba solo con mis padres, también con mis tíos. Me acuerdo de aquel cumpleaños que llegaste disfrazado de Pasión de Gavilanes y hiciste tu "numerito sexy".... Eso rompió el mito del tío Paco

Paco dijo...

Sí, parecía más el del anuncio de esparragos el carretillero que el protagonista de la serie.

Pero nos reimos mucho, que no?

XuanRata dijo...

Recomponiendo su mundo, recomponemos un poco el nuestro.

Me encanta la foto y me recuerda vivamente la escena final de "El show de Truman" en la que el protagonista alcanza el borde del mundo y comprueba in situ la impostura, mientras su padre-dios le suplica que no atraviese la pared del mundo que había creado para él.

Un saludo.

Paco dijo...

Pues no había caído en esa película cuando hice la foto.

Lo que sí es cierto que los padres a menudo intetamos proteger a nuestros hijos aislándolos en una burbuja. Siempre acaban rompiéndola. Y si no lo hacen, mucho peor.

Un Saludo Xuan.